Modelismo naval. Diseño y construcción del modelo de una goleta del siglo XIX

De todas las aficiones que he tenido en mí vida, creo que la más vieja, arraigada y constante ha sido la de los barcos, por los que siempre he sentido gran fascinacion. Estoy completamente convencido que hubiera sido feliz diseñando y construyendo mi propio barco, pero cuando tuve tiempo para ello, me faltó sitio, materiales, herramental y, sobre todo, me sobraron años, de modo que solo me quedó el recurso de seguir practicando el modelismo naval como forma de alimentar esa fascinación mía.

Hecha esta introducción, paso ahora a describir, de la forma más pormenorizada posible, el diseño y construcción del modelo estático de una goleta – bien es cierto que no es el tipo de modelismo que más me gusta -, pero es a lo que, esta vez, me ha conducido mi afán de hacer algo distinto en modelismo naval. Las técnicas que describiré son solo algunas de las muchas empleadas en modelismo naval, pero aviso que mi talento como modelista es manifiestamente mejorable: el detallito, no se me da; en pintura, hago lo imprescindible; los nudos, se me atragantan; la jarcia, ¡ay la jarcia!

El barco del que es réplica el modelo objeto de este relato era un «schooner» de nombre “Dos Amigos”, diseñado y construido en EE.UU. a finales del primer tercio del siglo XIX. Durante algún tiempo fue utilizado para el repugnante e inhumano tráfico de esclavos negros entre África y Brasil o Cuba y, tras su apresamiento por la Royal Navy, se le cambió el nombre por el de “Fair Rosamond”.

La primera vez que entré en contacto con este «schooner» fue en las páginas del libro «The History of American Sailing Ships» de Howard I. Chapelle, de modo que fue de éste del que he extraído la mayor parte de la información para hacer su diseño. También me he valido de fotografías de modelos ya construidos, aunque existen apreciables diferencias entre unos y otros, con lo que, más de una vez, me he visto obligado a elegir la solución que he creído más apropiada para el tipo y época histórica del barco. Comencé el diseño escaneando el plano de formas del “Dos Amigos”, imágenes 1 y 2, que, además de estar en dos páginas distintas del libro, son imágenes y no planos en su más estricto sentido.

Seguidamente, trasladé estas imágenes a un programa CAD y, sobre ellas, “fusilé” en rojo todas sus líneas, tal como se ve en las imágenes 3 y 4

Naturalmente, los métodos de reproducción de imágenes en libros pueden alterar el dimensionamiento de cualquier plano, sus perpendicularidades, paralelismos o equidistancias por muy bien hecho que esté, por ello deberá comprobarse la corrección de las equidistancias entre elementos (cuadernas entre sí, líneas de agua entre sí, etc.) y, en caso contrario, adoptar las medidas correctoras necesarias para corregirlas. Pondré un ejemplo: la imagen 5 es la ampliación del fragmento encuadrado en azul de la imagen 6, idéntica a la 4; en ella se aprecia que las líneas verticales rojas 1 y 2 – pero sobre todo la 2 – no coinciden exactamente con sus respectivas líneas negras de la parte inferior de dicha imagen. Esto ocurre habitualmente a causa de los sistemas de impresión de libros, y, aunque la diferencia sea mínima, debe corregirse (como atestiguan las líneas rojas), pues tales líneas negras representan tres cuadernas distintas, que normalmente siempre se trazan en los planos de formas equidistantes entre sí. Lo mismo es aplicable a las líneas de agua y a las longitudinales.

Los dos trazados en negro de las imágenes 3 y 4 deben estar a la misma escala (cualquiera es válida), y si ello no fuera así, una de ellas, deberá dimensionarse a la misma escala de la otra – mediante el comando «escala» del programa CAD que se utilice – antes de comenzar su calcado en rojo; hecho lo cual se unirán ambos trazados con la condición de que la última cuaderna de la imagen 3 esté a la misma distancia de la primera cuaderna de la imagen 4, tal como lo son el resto de las cuadernas entre sí, y que las líneas de ambos trazados que deban unirse, lo hagan de forma correcta. El resultado de esta operación es visible en la imagen 7, que ya es un dibujo vectorial (en el ordenador, naturalmente) y no una imagen.

Por si algún modelista tiene dificultades para interpretar los planos de formas, aclararé el significado de algunas de las líneas de la imagen 7, para lo que le he cambiado el color de algunas para facilitar la explicación, dando así origen a la imagen 8.

Las líneas de color magenta son las cuadernas de trazado, que muchos modelistas – incluyéndome a mí – utilizamos también como cuadernas de construcción. En los planos de formas, es costumbre identificar las cuadernas con números arábigos consecutivos empezando desde la 0, que más o menos coincide con el eje de giro del timón de la embarcación en cuestión, sin embargo, no es el caso de este plano cuya primera cuaderna de popa es la nº 22, y las siguientes hacia proa disminuyen su numero de dos en dos, de modo que la que sigue a la 22 es la 20, a ésta la 18, y así sucesivamente, hasta la maestra señalada con su símbolo, y a partir de ella cambia la identificación de números por el de letras, así, hacia proa son la B, D, I,  H, N, M, Q; un método al que no le he encontrado una explicación razonada, pero que he decidido respetar y mantener a lo largo de toda la descripción que sigue.

La línea amarilla es la de regala y su inmediata inferior, en negro, es la de cubierta al costado, que no debe confundirse con la de cubierta al centro, aún no trazada. Las líneas de color azul oscuro son las de agua y, sorprendentemente, es la primera vez que las veo trazadas sin que sean paralelas a la línea base (línea de quilla donde ésta y cuadernas están en contacto). Líneas de color azul claro son las longitudinales, básicamente utilizadas para comprobar la fidelidad de trazado del plano de formas.

Al parecer, en algunos sitios o en ciertas épocas – no lo sé – era costumbre trazar en los planos las unidades de medida utilizadas, y este es el caso del plano del libro que he mencionado, en el que está representada algo así como una regla graduada en pies (ignoro si tiene algún nombre específico), que también he calcado y que señalo con una flecha en la imagen 8. Esta regla es de gran ayuda, pues facilita enormemente el escalado del plano de formas del barco pues, el obtenido hasta ahora, podría llamarse “de escaneado” y sin escala definida. La regla, a la que hago referencia, está graduada de 0 a 90 pies, pero si utilizamos la herramienta de medir distancias del programa cad que estamos usando, comprobaremos que esos 90 pies de la regla no se corresponden con 90 pies reales (27.432 mm), si no con una distancia diferente (sería pura casualidad que fueran exactos), por lo que, ésta última distancia, es necesario transformarla en los 27.432 mm mediante el método de escalado del programa cad que se utilice, tras lo cual, ya tenemos nuestro plano a escala 1/1. Llegados aquí, conviene aclarar que los actuales sistemas por ordenador de diseño naval son de una potencia fenomenal que conozco por referencia, de modo que solo mencionaré los métodos de diseño que uso, probablemente ya anticuados. Dicho esto, creo llegado el momento de proceder a un proceso conocido con el nombre de «corrección de líneas» que requiere cierta dosis de paciencia, para cuya explicación haré referencia a la imagen 9 que representa el plano de formas anterior con sus cuadernas diferentemente coloreadas, una cuaderna adicional, y más líneas de agua de distintas coloraciones. La caja de cuadernas incluye ahora las líneas de agua, así como la cubierta al costado y al centro (puede que la imagen no facilite su diferenciación), tanto sobre ella como en el alzado. Hechas estas aclaraciones, seguiré con el tema de corrección de líneas, para lo que he elegido el punto A (tomado como ejemplo) de la superficie del casco del barco en el que se cortan la cuaderna azul oscuro (nº 16) y la línea de flotación, también en color azul oscuro. Este punto dista del plano de crujía el segmento AC, y de la línea base el segmento AB. Si este punto está correctamente posicionado en el plano se tiene que cumplir AB = DE, y AC = FG, si ello no es así es necesario mover en ese punto la línea de cuaderna, la línea de agua o ambas hasta conseguirlo. Lo dicho para el punto A es aplicable a todos los puntos del casco, por lo que deberá comprobarse la igualdad de distancias para todos los puntos donde haya un cruce de cuadernas con líneas de agua, con longitudinales y de éstas dos últimas entre sí; es tedioso el proceso, pero una vez logrado el objetivo produce unos resultados verdaderamente valiosos, pues, en modelismo, la causa de muchos emplastes, dobles forros y severos lijados es un plano de formas del modelo en cuestión deficientemente trazado, a los que debe añadirse que, en general, las líneas de cuaderna, de agua, de cubierta, longitudinales y de regala, no deben «tener cambios bruscos de perfil».

Explicaré el significado de «cambios bruscos de perfil», para lo cual me valdré del ejemplo de la imagen 10, cuyo trazado “A” representa la línea de agua inferior (la roja) de la imagen 9; esta línea esta modificada en el trazado “B”, en la que está el cambio señalado con la flecha. Este tipo de cambio es muy raro encontrarlo en el casco de esta o cualquier otra embarcación, por lo que deberá evitarse, de modo que, en general, la línea “A” es correcta y la “B” incorrecta.

Así pues, tras dejar igualadas las distancias de todos los puntos del casco de nuestro “Dos Amigos”, en alzado, planta y perfil (o caja de cuadernas), damos por concluido su plano de formas, a falta de algún detalle con escasa relevancia sobre la forma del casco. Seguiremos el proceso de diseño escalando este plano a 1/50 – o a cualquier otra escala que prefiera el modelista -, obviamente el aspecto del plano de formas resultante es idéntico al de la imagen 9, solo que 50 veces más pequeño, y de él obtendremos todas las piezas que sean necesarias para la construcción del casco, para definir la ubicación de los mástiles, para posicionar y diseñar las mesas de guarnición o para cualquier otro elemento relacionado con el casco.

Hasta aquí solo he hablado de simples líneas generadas en una pantalla de ordenador, pero en la realidad estas líneas deben ser soportadas por elementos materiales, tales como contrachapados, láminas o listones de madera; en consecuencia, antes de continuar el diseño, conviene decidir los espesores de ciertas piezas del modelo, y lo normal para ello es hacerlo sobre el plano de la cuaderna maestra según muestra la imagen 10 a. Naturalmente, lo correcto sería diseñar todos los elementos de esta cuaderna a escala 1/50 (como el resto del modelo), pero desconozco cuales fueron sus escantillones reales, de modo que, los he estimado y escalado, pero algunos serían tan “papel de fumar” que decidí dimensionarlos a unas medidas más adaptadas a mis discretas cualidades como modelista.

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Otra reparación de un flash Elinchrom Quadra Hybrid A

Como ya expliqué en https://ganandobarlovento.es/category/bricos/page/2/ , y como era de esperar, de nuevo, se volvió a repetir la rotura de la orejeta-soporte de otro flash Elinchrom Quadra Hybrid A. Así pues, lo que sigue es la descripción de la solución que, esta vez, he dado a tal rotura.

La parte trasera de este flash en la que se encuentra su orejeta-soporte, tiene forma troncocónica, y es precisamente en ella donde le ceñí con tres tornillos (los señalados con flechas amarillas en la Fig. 8) una lámina de aluminio de 3 mm de espesor (la señalada con la flecha roja en la misma Fig.), y que en uno de sus extremos incluía la orejeta substituta de la rota. El simple desarrollo de esta lámina lo hice mediante un programa CAD de ordenador.

Fig. 8

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Entre dos vergüenzas

Me avergüenzo de ser humano por:

  1. Actos terroristas, sean del signo que sean.
  2. La violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones, hombre contra mujer o viceversa.
  3. Utilizar menores para cometer actos delictivos.
  4. Quienes alientan, fomentan, financian o apoyan conflictos bélicos, con la única finalidad de ganar más dinero.
  5. Los que, con el pretexto de hacerse aún más ricos y a través de las empresas que controlan, comercializan productos sabiendo que son nocivos para su uso o consumo.
  6. Aquellos políticos que ponen en riesgo la convivencia pacífica ciudadana en aras de imponer su egoísta y delirante ambición de poder.

Siento vergüenza ajena de:

  1. Niñatas y niñatos egoístas que se casan en la creencia de que el matrimonio es un continuo «ji ji, ja ja» y, al menor contratiempo, deciden romper su matrimonio sin antes luchar mínimamente por él, sin pensar en el evidente daño que causaran a sus hijos, ni en la depresión que, durante más o menos tiempo, inocularan a sus parientes más cercanos.
  2. Aquellos que están pendientes de los programas de televisión basura y otros de entretenimiento de equivalente toxicidad mental (futbol, por ejemplo), desentendiéndose deliberadamente de lo que verdaderamente les afecta, a consecuencia de lo cual votan – incluso en las reuniones de comunidad de vecinos – ateniéndose a razones surrealistas y de ignorancia supina.
  3. Actitudes personales prepotentes motivadas por tener un cierto nivel económico, de dirección, de mando, o de poder.
  4. Acosadores que denigran a quienes no tienen su misma opinión, ideas o comportamientos que no les gusta.
  5. Algunos padres y abuelos que educan a sus hijos y nietos, en clave de darle al futbol tratamiento de religión.
  6. Individuos(as) que tozudamente conminan a otros a hacer algo que, a estos, no les gusta.
  7. Gente que avala decisiones y acciones de políticos, con el contundente argumento «es de los nuestros», o algo parecido.
  8. Personas que dicen gustar del «buen rollito», pero solo lo practican con aquellos que identifican como «de los suyos» o de su mismo estilo, gustos o forma de pensar.
  9. Quienes hacen deliberadamente mal su trabajo, cobrándolo como si lo hicieran bien.
  10. Los que están todo el día aferrados a sus móviles desentendiéndose del calor humano que le ofrece su entorno más próximo.

 

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Libro: Catalunya, España. Encuentros y desencuentros

Autor: José Enrique Ruiz-Doménec

Hace mucho tiempo que anhelo conocer las causas del independentismo catalán y, a causa de ello, he leído unos cuantos libros relacionados con el tema, de los que no he sacado ninguna conclusión. Movido por el mismo anhelo he leído este, pero mi decepción ha superado a la de los anteriores, pues el estilo de escribir del autor es cualquier cosa menos didáctica, defecto compartido por bastantes escritores de vasta cultura, como creo que debe tener quién ejerce o ha ejercido como catedrático de Historia Medieval.

Dicho lo anterior, muestro seguidamente algunos ejemplos de la “fina didáctica” extraída del libro electrónico que he leído:

  1. Página 11-12 de 134: «El compromiso con el mundo actual exige el rescate de la sensibilidad, es decir, la superación de la indiferencia».
  2. Página 70 de 134: «La relación entre él (general Primo de Rivera) y el rey es un fetiche lleno de espejos y clavos».

Este rebuscado estilo de expresarse impregna gran parte del libro, a lo que se unen relatos históricos que, sin solución de continuidad, saltan del siglo IX al XXI, o viceversa, que, en más de una ocasión, sumen en la perplejidad al lector. Créame Sr. Ruiz-Doménec que su forma de expresar ideas desconcierta más que aclara, tanto que entenderle solo está al alcance de mentes privilegiadas, de modo que una advertencia sobre ello en la portada de sus libros, sería muy de agradecer.

  1. Página 80 de 134: «Como ocurre hoy en día, los catalanes se vieron en la obligación moral de salvar a su país, aunque despreciaran el régimen del 18 de julio. Lo hicieron según su taranná, sin llamar demasiado la atención, prudentemente, es decir, haciendo uso del seny ya que la rauxa solo conducía, en su opinión, a un nuevo conflicto. Diseñaron un plan para sacar a España de la ruina a la que la había conducido una economía autárquica…».
  2. Página 84 de 134: «Tres guerras civiles en apenas cuatro siglos, salía a una cada ciento veinte años. Y siempre por lo mismo: la defensa de Catalunya del ataque de España.

¡Muy buenos párrafos, Sr. Ruiz-Doménec!, ¡sí señor! Con unos cuantos como estos puede Vd. tener la completa seguridad de ser firme aspirante a lograr los máximos honores que, a los suyos, conceden los promotores de la república catalana, lo malo es que, con ellos, también daña Vd. el rigor histórico del que debería hacer gala cualquier catedrático de historia que se precie.

¡Ah, se me olvidaba! Los españoles ignorantes que no entendemos catalán, agradeceríamos mucho que en las próximas ediciones del libro se tradujeran al español los muchos párrafos – y palabras – escritos en catalán; en cualquier caso, tranquilícese Sr. Ruiz-Doménec, este indocumentado lector ha salvado el escoyo valiéndose de un diccionario confeccionado por la representación más granada de su, sin par, cultura catalana.

Opinión: Mala

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Eliminación de barreras arquitectónicas: un ejemplo a no imitar

Viene de https://ganandobarlovento.es/ignorantes-supinos/
De aquella patética reunión de vecinos a la que asistí por error, saqué la conclusión de que el acuerdo adoptado en ella para elegir la poco estudiada y peor presentada modalidad de eliminación las barreras arquitectónicas del portal, fue el resultado de unos votos favorables emitidos por unos votantes incapaces de argumentar, tan siquiera mínimamente, las razones de su voto, lo cual me puso frente a una de las imperfecciones de los métodos democráticos: el voto de quien solo se molesta de enterarse de la vida ajena, vale lo mismo que el de quien se preocupa de enterarse de aquello que vota.
Parece que a «algunos» del órgano de gobierno de mi comunidad les debieron de «comer el coco» porque, algún tiempo después de la mencionada patética reunión, se convocó otra ¡con el mismo orden del día!, en la que se anuló el acuerdo de aquella y se votó a favor de otra variante de eliminación las barreras arquitectónicas más acorde con los gustos de «algunos», pero… ¡a doble precio!, y con unas mejoras más que dudosas.
Las obras duraron algo más de ¡cuatro meses! que, además, provocaron un serio accidente personal, ruidos atronadores y polvaredas que, por días, casi nos sepultan, algo que, a buen seguro, podría haberse evitado si la cordura hubiera imperado en la toma de decisiones, tanto de gobernantes como de gobernados.
Dicho lo anterior, explicaré ahora en que consistió la carísima y polémica eliminación de barreras arquitectónicas del portal de mi comunidad. A escala, la Fig. 1 muestra su plano antes de haber sido sometido al proceso de adaptación; en él se observan las áreas S1 a S4 y calle, que estaban a distintos niveles, por lo que se accedía a ellas subiendo o bajando escalones; para esquivarlos, el proyectista de tan magna obra optó por enrasar las superficies S1 y S2 con la S3, mediante el carísimo, lento y ruidoso método de demoler toda la estructura existente bajo las superficies S1 y S2, y sus respectivos escalones de acceso. También ideó la eliminación de la escalera de acceso de la superficie S3 a la S4, substituyéndola por una rampa, haciendo lo mismo con el escalón de la S4 con la calle (ver las partes aplicables ralladas en rojo de la Fig. 2) y, aprovechando la ocasión, eliminó también la puerta 5.

Fig. 1

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