Según el diccionario de la RAE, poderoso es quien tiene poder, es muy rico, o está colmado de bienes de fortuna.
Quienes codicien el poder y deseen ostentarlo, deberán autoevaluarse para conocer con cuántos y en qué grado participa de los siguientes condicionantes, para alcanzarlo y mantenerlo con garantía de éxito:
Tener los estudios mínimos imprescindibles, entre los que no están incluidos los de ninguna carrera universitaria.
Los títulos universitarios adornan, y poco más.
Poseer el talento mínimo necesario para ejercer la actividad elegida para alcanzar poderío. Sigue leyendo Muy poderosos, poderosos, poco poderosos y como nosotros
Categoría: opinión
Un trabajo pofesional (sin r)
De forma casual y ya casi finalizando el día 4-9-2014, unos vecinos me avisaron que, a consecuencia de otra avería y durante todo el día siguiente, se iba a cortar el suministro de agua a la mayoría del vecindario de la urbanización donde paso la temporada estival. Excuso decir que no hubo ningún tipo de comunicación por parte de la compañía del agua, que alertara al vecindario sobre la suspensión temporal del suministro, a lo que la persona responsable de la reparación argumentó que las urgencias no se comunican (¿?…), algo inaceptable, pues pasaron bastantes horas hasta que se iniciaron los trabajos. Este tipo de comportamientos, además de desprestigiar a las empresas, nos convierte también en ciudadanos de segunda. No es difícil imaginar la “gozada” de quien, enjabonado en la ducha, fue cogido por el corte del suministro de agua.
Básicamente, la avería se produjo en la tubería de acometida de agua de boca, en la confluencia de las calles Huesca, Malejan y Bureta, de la colonia San Antonio de Gallur, Zaragoza, (España); su reparación consistió en:
Reflexiones
– El acoso laboral es una práctica ruin que solo sirve para degradar sicológicamente a quien la sufre y para reafirmar la egolatría, crueldad y cobardía de quien la ejerce.
– Solo en casos muy excepcionales triunfan quienes únicamente se valen de su propio esfuerzo. En España la clave del triunfo son los amiguetes de cualquier pelaje, conseguidos a base de hacer la pelota, de hacer favores o de ambas cosas.
– Quien se enriquece trabajando, es porque ha bordeado la ley, o ha estado claramente fuera de ella, pero no le han “pillado”.
– Casi todos los triunfadores son aquellos quienes en su vida actúan con una hábil mezcla de inteligencia, memoria, deshonor, perversidad y grandes dosis de buena suerte.
Tituladito que vienes al mundo…
Durante mi infancia y parte de mi pubertad, a menudo he oído a muchos padres – incluyendo los míos – decir a sus hijos «hay que estudiar para ser un hombre de provecho»; debo reconocer que nunca entendí muy bien la frase y, todavía menos, lo de provecho. Desde entonces hasta ahora han pasado muchos años y, a tenor de lo he constatado en mi vida profesional, en mi entorno actual y en ciertas informaciones aparecidas en los medios de comunicación, poco o nada confirman aquel aserto.
He visto muchos jóvenes, espléndidamente formados, entrar a los sitios en los que he trabajado – en la actualidad, entrada imposible para muchos -, con una enorme gana de de hacer cosas, para, poco después, llegar a la conclusión de que para el tipo de trabajo que hacían no eran necesarios tantos años de estudios; conclusión con la que, muy a mi pesar, siempre estuve de acuerdo. Lejos de esto, muchos estudiantes, tras finalizar su carrera, realizan eso que se ha dado en llamar máster que, al parecer, complementa y amplía sus estudios, algo que debería avergonzar a los responsables del diseño de las carreras, pues es en ellas donde se deberían impartir esas enseñanzas pero, tal omisión, sirve para que ciertos avariciosos listillos organicen esos máster en los que, a precio de oro, si se adquieren esos conocimientos que le han escamoteado al alumnado durante la carrera; ¡brillante jugada de nuestros mandamal de la enseñanza!. Debo decir también que, es muy llamativo que, a menudo, se señale a la empresa privada – a ser posible de relumbrón – como meta para los alumnos universitarios pero, muy pocas veces o nunca se les anima a tener la suya propia que, como trabajadores autónomos, podrían lograr. Cuando menos, da que pensar. Sigue leyendo Tituladito que vienes al mundo…
El anestésico
Me gustan todos los deportes – excepto los de lucha – y, por ende, me gusta el futbol, considerado como aquella actividad practicada en las canchas que le son propias, aunque considero próximo a lo irrelevante cualquier otro acontecimiento relacionado con el futbol, pero generado fuera de ellas. No quiero pasar por alto el despiadado machaqueo que, con el futbol, ejercen los medios de comunicación sobre la ciudadanía, hasta el extremo de que sus espacios deportivos están dedicados, en un elevado porcentaje, al futbol. Ni que decir tiene, que, quiera o no quiera, me levanto diariamente oyendo chismes del futbol, leo los periódicos sobrecargados de páginas de futbol, oigo los boletines informativos con el futbol como estrella protagonista, veo y oigo cualquier telediario aderezado con toda clase de conocimientos futbolísticos y, finalmente, me acuesto oyendo, las más de las veces, paparruchadas futbolísticas. En este sentido, el futbol es para mí la gota china y, tal vez por ello, trato de alejarme de él todo cuanto puedo, algo que me resulta casi imposible, pues nuestra sociedad tiene una enorme impregnación futbolística. Sigue leyendo El anestésico