Corresponsabilidad

Se ha puesto de moda en los medios de comunicación que muchísimas personas censuren, no sin razón, la más que dudosa gestión del gobierno del Sr. R. Zapatero que nos ha llevado al pavoroso panorama en el que vivimos inmersos la mayoría de los españoles. Excuso decir que a esas personas les asiste todo el derecho para manifestar esta opinión ¡faltaría más!

Dicho esto, también deseo recordar a todas ellas una cuestión que, probablemente por su obviedad, se pasa por alto cuando de censurar a un gobierno se trata; tal cuestión es que el anterior presidente del gobierno, no estuvo en el palacio de la Moncloa como resultado de una acción forzada por él mismo, sino como consecuencia de los 11.064.524 de votos que le otorgaron sus votantes. Así pues, quienes censuran al antedicho gobierno, deberían preguntarse también cual es la parte de esa censura que deben atribuirse a si mismas, en el caso de que su voto hubiera sido favorable al anterior presidente.

En esta muy imperfecta democracia en la que vivimos, es dramáticamente frecuente escuchar afirmaciones como «voy a votar a fulanito porque es del partido X» o «voto a “citanito” porque tiene una sonrisa cautivadora» o «votaré a los nuestros, para ver si nos arreglan la vida» y otras frases por el estilo; pero no recuerdo, durante todos estos años de democracia, haber oído a alguien decir «votaré a este Sr. porque es un buen y probado gestor». Un gran sector de mis conciudadanos no demuestran casi nunca el menor interés por conocer la capacidad de gestión política y económica de aquellos a quienes votan, por lo que tales votos, sin perder su legitimidad, lastran el valor de sus críticas al gobierno que votaron, cuando los resultados de la gestión de éste no responden a las expectativas depositadas en él.

Atinadamente, alguien puede argumentar que conocer bien a quien votamos reviste cierta dificultad; en contrapartida – sin entrar en otras consideraciones – se puede afirmar, no menos atinadamente, que cualquier votante dispuso y dispone de múltiples recursos para saber que el anterior Presidente del Gobierno de España, nunca ejerció de ministro, ni de alcalde, ni de presidente de diputación, ni presidente de ningún organismo oficial, ni de presidente de comunidad autónoma, actividades éstas susceptibles de conformar buenos gestores. Añado también que, pocos meses antes de que el Sr. R. Zapatero fuese elegido presidente del gobierno, el economista y ex diputado Sr. Jordi Sevilla, refiriéndose a los escasos conocimientos de economía de aquel, le dijo -: «Lo que tú necesitas saber para esto… son dos tardes».

Es obvio que depositar nuestra confianza en la persona que nos va a gobernar y acertar en la elección es algo complicado y no exento de buena suerte, pero cuando esto se hace sin fundamento o cuando éste es falso o sectario, la probabilidad de error es altamente elevado, como sin duda cualquiera puede apreciar tras un somero análisis del panorama laboral y económico que estamos viviendo.

Aún pecando de ingenuidad, no pierdo la esperanza de que ejercer el voto sea mucho más que introducir un papel por la rendija de una urna, con el único propósito de apoyar a personas cuyas capacidades políticas y de gestión conozcamos mal o desconozcamos completamente.

Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.