Políticos de ¡sí! pero…

¡Sí!

Aquel seis de diciembre de 1.978 en el que oficialmente se formalizó la afortunada palabra «consenso», muchos creímos que ¡por fin! los españoles comenzaríamos a caminar en la misma dirección.

Pero…

La imprudencia política de algunos, la ceguera de otros y la egolatría de unos cuantos, nos colocaron a todos ante la situación de tener que afrontar un golpe de estado.

¡Sí!

Tras aquel lamentable y mal explicado golpe de estado, hubo llamamientos que trataron de reconducir a la clase política hacia la prudencia.

Pero…

Algunos políticos desnortados – tanto de aquella época como de la actual – continuaron y continúan dedicándose «a lo suyo», haciendo realidad el dicho «los arboles, les impide ver el bosque».

¡Sí!

Como era de esperar, España quería equipararse a las naciones “punteras”, por lo que no le quedó más alternativa que apuntarse a ese club llamado Otan.

Pero…

El ingreso en ese club, obligó a cierto avezado político a montar un referéndum – gravoso para la ciudadanía – para transformar la afamada pero desafortunada frase electoralista «Otan: de entrada no» en «Otan: de entrada si».

Incomprensiblemente, el partido de la oposición decidió abstenerse en aquel referéndum, actitud interpretada por muchos ciudadanos con estupefacción, al comprobar cómo – también éste – cambiaba su ideología, con la única finalidad de hacer la contra a su contrincante político, pero sin la menor intención de lograr mejora alguna para la ciudadanía.

¡Sí!

Finalmente España ingresó en la Otan y en el Mercado Común Europeo (hoy, Unión Europea).

Pero…

Los ingresos en ambas organizaciones, no sirvieron para que nuestra clase política adquiriese conocimientos, no solo de modales y comportamientos políticos, sino también buenos métodos de gestión y administración públicas, pues muy poca parte de ella, en aquella o posterior época, mostró el menor síntoma de algo que tuviera relación con ello.

¡Sí!

El ingreso en el Mercado Común Europeo propició en España una gran remontada económica.

Pero…

Probablemente a causa de ella, se produjeron sonados casos de corrupción política, muchos de los cuales tuvieron una enorme repercusión mediática debido a la notoriedad de las personalidades involucradas en ellos; tanto fue así que, de las sentencias de condena, no se libró algún ministro, algún director general, el gobernador del Banco de España, y algún presidente de comunidad autónoma, etc., etc.; espectáculo que muchos ciudadanos contemplamos con vergüenza ajena, no solo por los hechos que originaron sus condenas, sino por el injustificable esfuerzo hecho por su partido político para tratar de echar tierra encima sobre aquellas inaceptables actividades. En este sentido, basta recordar las dificultades que, en su momento, tuvieron que sortear ciertos jueces para realizar su trabajo, o las duras descalificaciones a que fueron sometidos los medios que denunciaron tan reprobables comportamientos, por poner solo dos ejemplos.

¡Qué mal ejemplo dio a la ciudadanía quien debería haber sido el paradigma de la honestidad! Aquellos bochornosos espectáculos enterraron los «cien años de honradez» que, no hacía mucho, había sido empleado como eslogan electoral.

Aunque en menor número, los partidos políticos de la oposición también han tenido – y siguen teniendo – casos de corrupción entre sus cargos públicos, lo que, a algunos, nos hizo y sigue haciéndonos pensar que se corrompe más quien más posibilidades tiene.

Para mayor desgracia de la ciudadanía, la corrupción de personalidades públicas, continúa salpicando, en mayor o menor grado, a: Partidos políticos, administraciones públicas, algún sindicato y cierto miembro de la familia real.

¡Sí!

La democracia es y ha sido siempre una doctrina política reiteradamente enaltecida por los políticos.

Pero…

Por sí misma, no es suficiente, pues su gestión requiere el concurso de auténticos demócratas, cualidad de la que carecieron y carecen algunos políticos de relumbrón, de ayer y hoy.

¡Sí!

Los debates entre líderes políticos creo que son positivos, siempre que en ellos no mientan ni escamoteen al ciudadano cuestiones fundamentales para la gestión de su vida diaria.

Pero…

Solo valen para polemizar sobre quien fue el ganador. Lo correcto sería analizar los beneficios que, para el ciudadano, se desprenden de los debates.

Los medios de comunicación deberían analizar estos debates con el único objetivo de informar imparcial y adecuadamente al ciudadano, tratando de no “hacerle la ola” a los partidos de su predilección.

¿Quién no recuerda el debate económico de Solbes – Pizarro? Casi todos los medios de comunicación otorgaron la derrota a Pizarro, aunque – como el tiempo ha certificado – la verdaderamente derrotada fue la ciudadanía, lo que no ha movido a quienes le “hicieron la ola” al ministro Solbes, a reconocer públicamente su error.

¡Sí!

Las elecciones son una oportunidad excelente para que, mediante su voto, la ciudadanía remueva de sus cargos a los malos administradores públicos.

Pero…

El sectarismo, la mala información o la desinformación, han limitado, en gran medida, tan excelente oportunidad.

¡Sí!

La buena administración pública es la realizada para lograr el bien estar presente y futuro de la ciudadanía que, además, coloca a la nación en un lugar destacado en el concierto internacional.

Pero…

Tanto la derecha como la izquierda política se empeñan en proclamar a los cuatro vientos que la mejor administración, es la suya… No nos dejemos engañar, la administración, ni es de derechas ni es de izquierdas; simplemente es buena o es mala, sea de donde sea el administrador. He aquí la cuestión que cada votante debería tener claro antes de emitir su voto.

Afirmo también que, la administración pública no es peor que la privada – como algunos pretenden hacernos creer –  pues, como antes he dicho y repito ahora, simplemente es buena o es mala, sea pública o sea privada.

¡Sí!

La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Pero…

Algunos políticos metidos a gestores públicos, pero muy poco dotados para resolver los problemas de la ciudadanía, se dedican a proclamar que repúblicas, repúblicas federales, federalismos o incluso independentismos, son recursos que en un «plis plas» resuelven los problemas que nos agobian. ¡Qué manera de confundir a la ciudadanía a la que se deben! Solo una buena administración del día a día, acompañada de buen y mucho trabajo, garantizan la resolución de los problemas; todo lo demás, son simples fuegos de artificio para embobar indocumentados.

¡Sí!

Las manifestaciones en la vía pública son un derecho de la ciudadanía reconocido en nuestra Constitución.

Pero…

Recientemente ha habido algunas (independentismo y 15 M, por poner solo dos ejemplos), de las que ciertos políticos de escaso caletre han puntualizado que, dada la cantidad de manifestantes que concurren a ellas, habría que tomar en cuenta sus peticiones; argumento éste de lo más demagógico pues, por poner de nuevo otro ejemplo, ¿Qué habría ocurrido si se hubieran atendido aquellas peticiones pro franquistas realizadas en las manifestaciones pre democráticas de la Plaza de Oriente? ¡Pues eso!

¡Sí!

El partido político que actualmente nos gobierna decía, cuando estaba en la oposición, que no subiría los impuestos.

Pero…

Al llegar al Gobierno, ha subido el IRPF, IVA, energía eléctrica y el gas, entre otros, amparándose para ello en que el déficit público real fue mucho más elevado que el declarado por el gobierno anterior. Puede que diga la verdad, pero no puedo comprender como un partido político como el que actualmente nos gobierna, no conocía “al dedillo” las cuentas del Estado, porque si ello es así ¿Qué hacía cuando estaba en la oposición? Doy por hecho que el principal partido de la oposición dispone de los recursos necesarios para conocer estas cuentas, porque si ello no es así, tampoco me queda completamente claro cuál es el cometido de los partidos de la oposición.

¡Sí!

Según nuestra Constitución, el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

Pero…

De todos es bien sabido que en algunas comunidades existen verdaderas trabas para impedir su cumplimiento, no solo de este mandato constitucional, sino también de sentencias judiciales que lo confirman. Y no solo esto – ya de por sí tremendamente desalentador para cualquiera con sentido común -, sino que, además en alguna de ellas se persigue, talonario de multas en mano, a quienes no publiciten su negocio en el idioma de la comunidad donde lo ejercen. Pero lo verdaderamente esperpéntico, es la traducción simultánea que se realiza en el Senado, cuando los senadores hablan en sus lenguas vernáculas ¿es posible mayor sinsentido?

¡Sí!

Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo. (Texto constitucional)

Pero…

El casi 25 % de paro actual, pone de manifiesto que algunos malos administradores – que, por supuesto, no son anónimos, sino que tienen nombres y apellidos – no han promovido o han promovido mal, las antedichas condiciones favorables.

¡Sí!

Constitucionalmente, los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes.

Pero…

A la vista de los resultados arrojados por el último informe Pisa (edición, 2009) y anteriores – los estudiantes españoles han sacado 481 puntos en Comprensión Lectora, 483 en Competencia Matemática y 488 en Ciencia. Las medias de la OCDE son de 493, 496 y 501 respectivamente – es evidente que al párrafo «programación general de la enseñanza» debería estar redactado así «buena programación general de la enseñanza», pues la diseñada y empleada hasta hoy arroja estos desalentadores resultados. Pese a ello, ninguna organización sindical o para sindical ha montado nunca ninguna algarada para protestar por estos malos resultados y, lo que es peor, su sectarismo les conduce a montarlas cuando alguien trata de poner remedio a este fracaso.

¡Sí!

Nuestra Constitución reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses.

Pero…

Algunos lo utilizan como patente de corso para provocar escandalosos y cobardes casos de acoso a quién desea ejercer su derecho a trabajar, empleando para ello métodos impropios de quien dice defender a los trabajadores.

¡Sí!

Los españoles somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Pero…

Políticos y poderosos en general, inmersos en casos de corrupción, disponen de los recursos necesarios para eludir primero y amortiguar después, la acción de la justicia.

Página principal:

http://ganandobarlovento.es/

2 comentarios en «Políticos de ¡sí! pero…»

  1. Que puedo añadir yo, ante tanta verdad que llega a abrumar al lector. Gracias por escribir lo que personalmente diría si lo supiera hacer. Gracias por ser quien eres. Porfa no cambies.

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