Tengo un amigo muy aficionado a la pesca deportiva de río, que probablemente sea de los pocos que leen los textos que «cuelgo» en http://ganandobarlovento.es/ y, por ello, sabe de mi afición al bricolaje, que quizás lo haya animado a proponerme la reparación de un carrete averiado utilizado para matar el gusanillo de su afición a la pesca. Así pues, lo siguiente es la descripción de tal reparación.
El carrete en cuestión es uno de los modelos de la marca Mitchell –ignoro cuál de ellos -, y se muestra en la Fig. 1 sin el tambor de bobinado del sedal.
Fig. 1
La avería consistía en que el carrete había perdido la propiedad de enganchar automáticamente el sedal tras el lanzamiento del arte de pesca, o sea, no hacía de forma automática el giro, señalado con flechas rojas, del arco metálico, giro imprescindible para que se efectúe el enganche del sedal.
Primero desmonté el mencionado arco metálico, soltando previamente los dos tornillos de sus extremos que lo sujetan al carrete, señalados con flechas azules en la Fig. 1. Seguidamente desenrosqué los tornillos señalados con flechas azules en la Fig. 2 y desmonté, despinzándola del extremo señalado con flecha roja, la pieza que tapa la zona obscura delimitada por las flechas.
Fig. 2
De esa manera queda a la vista lo que es visible en la Fig. 3; no obstante, debo decir que, pese al cuidado que tuve, en las operaciones de este desmontaje, se salió inadvertidamente de su alojamiento – señalado con la flecha roja – el conjunto muelle y pieza de plástico, visible en la Fig. 4. Pero lo que más me desconcertó fue una pieza metálica en forma de S que se encontraba en el lugar señalado con la flecha verde y con aspecto de ser el lugar que le correspondía, algo que me despistó durante un rato y que me obligó replantear mi idea inicial de reparación.
Fig. 3
Fig. 4
Finalmente llegue a la conclusión que la mencionada pieza en forma de S, alojaba uno de sus extremos en el agujero de la pieza de plástico señalado con flecha en la Fig. 4, y su otro extremo, en el agujero de la pieza visible en la Fig. 5 (vista parcial del arco metálico para el enganche del sedal), señalado con la flecha roja.
Fig. 5
Siguiendo esta conclusión, volví a montar el carrete. La Fig. 6 muestra la etapa de montaje previa a la instalación del arco metálico.
Fig. 6
Debo decir que la reparación ha sido tan simple como volver a colocar en su sitio la pieza S, la dificultad consistió en averiguar de qué manera.
La Fig. 7 es un esquemita que representa la posición relativa de las piezas involucradas en la avería, cuyas causas estimo que son las siguientes:
- Debido al desgaste producido por el uso: aumento excesivo del diámetro de los agujeros en los que se alojan los extremos de la pieza S.
- Longitudes “a” y “b” demasiado cortas (fallo de diseño).
- Aflojamiento excesivo del tornillo que ciñe la pieza de la Fig. 5 al carrete.
- Todo lo anterior.
Fig. 7
La consecuencia es una alta probabilidad de que la avería se repita.
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