El felón Sr. Dos

Aquella era una empresa industrial que, por su plantilla, podía considerarse de tamaño medio. Por aquel entonces, sus productos distaban mucho de tener una sofisticación tecnológica digna de consideración, aunque D. Uno – su dueño -, tan atrevido como ignorante técnico, estaba convencido de lo contrario; tanto era así que, con cierta frecuencia, embarcaba a su personal en proyectos para los que la empresa carecía de medios – mal endémico que duró toda la vida de la empresa – y conocimientos, que algunos de sus empleados soslayaban a base de gran esfuerzo personal, de una absorbente dedicación y, no pocas veces, con ayuda de amigos ajenos a la empresa. Salvo raras excepciones, el nivel de formación de su personal era muy bajo que, frecuentemente, le hacía llegar a conclusiones falsas a partir de hechos ciertos y que, invariablemente, lo instalaba en un peligroso error de concepto que obligaba a algunos de sus dirigentes a dedicar gran parte de su tiempo a corregir tan negativo bagaje. Sigue leyendo El felón Sr. Dos